Emotional Analytics: la data puede tener corazón
Comprender a un ser humano puede ser complicado. Más, si queremos entenderlos como consumidores. Sin embargo, la analítica puede ayudar a dirigir los esfuerzos comerciales de las marcas. Y es ahí donde los algoritmos y la data se han convertido en una forma brutalmente simple de respaldar las decisiones. Pero el creciente desarrollo de analítica emocional (EA por sus siglas en inglés) ha mostrado el lado emocional de las máquinas.
Medición de sentimiento 2.0
Las inteligencias artificiales y los bots son las tecnologías que más rápidamente se están desarrollando. En un futuro más cercano de lo que pensamos, una parte muy importante de nuestra relación con los consumidores recaerá sobre sus hombros virtuales. Y no hay mejor manera de atender a un cliente, que entendiendo lo que siente para anticiparnos a sus necesidades.
EA podría ser la nueva frontera para Big Data. Es más, según predicciones de Crone Consulting, esta crecerá de $20 millones en 2015 a $10 mil millones en 2020.
Por esta razón, como marketers debemos permanecer a la vanguardia de la tecnología. Al mismo tiempo, debemos decidir qué tanto dependeremos de la intuición humana o de la inteligencia artificial, pues ambas tienen sus fortalezas y debilidades.
¿Qué necesita la inteligencia artificial para medir las emociones?
Herramientas como el reconocimiento facial, análisis de voz y tono, procesamiento de lenguaje, medición de tiempo de reacción, etc. son algunas de las posibilidades que enriquecerían la gestión de marketing.
Una IA no necesita mucho para saber qué está sintiendo el consumidor. Las palabras elegidas para escribir un mensaje o hacer una búsqueda, la velocidad a la que teclea, los gestos al utilizar el ratón… todo es indicativo. Sobre todo si se lo puede comparar con visitas anteriores. En redes sociales las fotografías y videos cobran especial importancia, porque los datos recopilados se pueden relacionar con las demás personas que aparecen en esas fotos.
Innovaciones basadas en Emotional Analytics
Microsoft Kinect ha instalado cámaras en ciertas vallas en Inglaterra para “leer” las emociones de quienes las ven. De esta manera, el contenido reacciona a la expresión facial de la persona.
La data es tan buena como su interpretación
Es importante recordar siempre que la inteligencia artificial puede procesar información y cruzar datos. Esto les puede ayudar a averiguar qué sienten los humanos y tomar un rumbo de acción en consecuencia. Pero llegar a sentir es algo que todavía está muy lejos para las máquinas. La analítica de emociones servirá para mejorar nuestra relación con los consumidores, para estar más conectados con ellos y entender qué desean. ¿Listos para el futuro?
Fuente: http://bit.ly/2qovR2W